El Montilla C.F es su gente y eso es algo que ha quedado demostrado en innumerables ocasiones en sus más de 40 años de historia. En los diferentes estadios donde el club auriverde ha disputado sus encuentros, destacando el Estadio de Alvear o el vetusto Estadio Municipal, siempre se ha respirado una solera especial, siendo el Municipal incluso, sede para otros clubes, caso del Córdoba C.F, para disputar sus encuentros. 

El aficionado vinícola es exigente, pero su espíritu crítico siempre es positivo y consecuente: pide hasta donde humanamente es posible y siempre arrima el hombro en los momentos delicados, disfruta, pero sabe sufrir. Fiel reflejo de ello es el apoyo incondicional desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, años sin grandes éxitos deportivos pero con un sinfín de recuerdos, destacando varios ascensos a Tercera División así como una serie de títulos a nivel provincial, entre ellos, la prestigiosa Copa Diputación. 

Con todo ello, el club montillano ha conseguido ser respetado y admirado en toda la región andaluza, dentro de sus posibilidades. No obstante, los momentos duros han sido parte de esta historia, no cesando pese a ello la ilusión y el aliento de esta grada. Un sentimiento, que más que una condición futbolística, implica una forma de vida para muchas personas en nuestra localidad. Y es que, como bien dice nuestro himno “Con tu hinchada animando, dominas el balón, el equipo campeón…”